M. I. Bonns: La bestia de Profilmes

Prolífico, incansable y apasionado del cine como pocos, Miguel Iglesias Bonns (Barcelona, 1915-2012), a lo largo de toda una vida dedicada al séptimo arte de forma fascinante ha sido capaz de abarcar todo tipo de películas con resultados la mar de excelentes. Cintas de cine policíaco convertidas en cult movies, El fugitivo de Amberes (1954) y El cerco (1955); el grandioso drama histórico Las hijas del Cid (1962); la interesante Presagio (1970), una de las primeras cintas de nuestra cinematografía centrada en la parapsicología; la necesaria La maldición de la bestia (1975) con un Paul Naschy en estado de gracia; la sórdida e incómoda Violación inconfesable (1981) o Barcelona connection (1988), su última incursión cinematográfica. Algo que no fue obstáculo para continuar activo. En la década de los noventa estuvo enrolado a la televisión con una serie de proyectos que, por desgracia, no todos llegaron a buen puerto. Y estos últimos años, su piso de la calle Maó de Barcelona, se había convertido en punto de peregrinaje para los amantes del cine de género. Periodistas, festivales, fans, todos, empezaron a pasar por su hogar recibidos con una amabilidad inmensa por parte de un hombre bromista y cercano siempre con mil batallas que contar: su extensa filmografía con treinta y una películas a sus espaldas y su etapa como cortometrajista dentro del cine amateur en los años treinta, que tanto le gustaba recordar, daban para muchas horas de conversación. Una especie de abuelito que junto a su mujer, la montadora de cine Carme Fábregas, se convertían en un matrimonio único y especial. De aquella primera visita a su casa en la primavera del 2009 (después vendrían muchas más) surgió esta interesante charla con él acerca de una de las películas más importantes de su filmografía y enmarcada en la etapa de Profilmes: La maldición de la bestia. Pero aquel día también hubo tiempo para recordar a Nadiuska (ella también llegó a estar en aquel salón de su casa que tantas historias encierra), Eva Miller/Kilma (su diosa salvaje), su añorado Xavier Cugat, Víctor Israel, Howard Vernom, María Silva, recuerdos de Ibiza gracias a Ley de mar (1950)… Pero eso ya es otra historia.

–         ¿Cómo te involucras en La maldición de la bestia?

Por Pérez Giner. Profillmes había firmado un contrato con Paul Naschy para rodar una serie de películas con él.

–         Cuando lees por primera vez el guión, escrito por Jacinto Molina, ¿qué te parece la mezcla de cine fantástico, debido al componente del hombre lobo, y el cine de aventuras exigido por su argumento y desarrollo en el Tíbet?

El guión hubiese sido uno más de hombre lobo, ni mejor ni peor, si no por lo componentes habituales: Waldemar, los Cárpatos, un hombre lobo alto y fuerte… Así que le dije a Naschy, que era un hombre estupendo: “Oye, Paul, vamos a cambiar esto”, y me dijo que no. “Eres un hombre lobo cojonudo”, le comenté, “¿por qué no metemos a Waldemar en el Tíbet y que se enfrente al Yeti?”, me contestó “¡¿en el Tíbet?!”, “sí, es algo que nunca se ha hecho en el cine, imagínatelo…”. “Cojonudo”, contestó entonces. Así que le dije que lo trasladara al guión y que cuando no viese algo claro que me llamara. Él estaba en Madrid y de vez en cuando me iba llamando por teléfono para explicarme las modificaciones realizadas. Recuerdo que me llamaba y me decía que no me escuchaba bien, por lo visto tenía estropeado el teléfono, y que si yo le podía llamar [risas]. Yo sabía por qué era… ¡era un guión muy grande y al explicarlo todo por teléfono era una pasta que tenía que pagar él! [risas]. Así que, finalmente, le dije que me lo enviara por Correos. Cuando se lo explicaba a Pérez Giner se reía. De hombre lobo no se que tenía pero de agarrado sí [risas]. De todas formas, era un hombre estupendo. Retomando la película, pienso que los filmes de hombre lobo siempre tienen ese componente que es la aventura y que hace de ellos algo más interesante.

–         Así que aportaste ideas al guión de Jacinto Molina…

Aporté cosas, pero no intervine. Le proporcioné información sobre el Tíbet, libros sobre el Yeti, y él, posteriormente, me iba comentando los cambios que efectuaba, ya está. Un director, en un guión, siempre, de alguna manera, tiene que intervenir, puedes aportar cosas. Sobre el guión de la película lo veo muy bien resuelto.

–         ¿Conocías las anteriores incursiones cinematográficas de Paul Naschy bajo el personaje de Waldemar Daninsky?

Supongo que sí… Seguramente le pedí a Pérez Giner alguna de las películas para ver en la sala de proyecciones de Profilmes… Ahora que recuerdo me parece que vi extractos de alguna de sus películas como hombre lobo en la sala que había en Calvo Sotelo…

–         Al inicio de la película se ven algunas escenas exteriores de Londres. ¿Fuisteis a la ciudad inglesa a rodar?

Las escenas de Londres son imágenes de archivo que se compraron, pero tampoco te lo puedo decir con seguridad… quizás sí que fuimos…

–         La película, a excepción del tramo inicial, está rodada íntegramente en Cataluña, ¿no?

Sí, entre el Montseny y el Pirineo.

–         ¿Qué tal se desarrolló el rodaje?

Bien, aunque todavía tengo una espina clavada: el disfraz del Yeti. La persona que iba hacer de Yeti era un tío muy alto que venía desde Madrid. El disfraz me comentaron que lo hacían en la capital y les dije que quería ver el diseño. Me dijeron que sí, ningún problema, pero no fue así… Hasta que no llegaron con él al rodaje no tuve ocasión de verlo. Ya en el set me veo a un tipo con el disfraz de Yeti y les pregunto: “¿Esto es el Yeti?, ¡no me jodáis!” “¿Vosotros creéis que el Yeti puede ir en bambas?” Me contestaron que eso no se veía y les repliqué “si no lo miran no”. Varias escenas que tenía en mente del Yeti y el hombre lobo se fueron al traste ya que con esas pintas que tenía el Yeti era imposible, y yo no quería hacer el ridículo. Así que les dije que me iba a Barcelona y hasta que no hubiese un nuevo Yeti yo no rodaba. Me contestaron que era lo que había, debido a las prisas de siempre y, además, la persona que hacía de Yeti se tenía que ir. Así que la solución la tenía que buscar yo; y lo antes posible. Al final, ¡a solucionarlo como bien pude! Una lástima ya que podría haber sido algo muy chulo tal y como yo lo quería hacer.

–         Centrándonos en el reparto, ¿qué tal con Paul Naschy, Silvia Solar, Grace Mills, Víctor Israel…?

Los actores, todo ellos, están muy bien. Todos eran muy majos y se portaron correctamente durante todo el rodaje. Siempre me he interesado por el reparto con el que iba a trabajar en cada película y así tener siempre gente muy maja a mí alrededor para realizar el filme. Aunque a Paul había que saberlo llevar… Eso sí, era una persona muy seria y profesional con su trabajo.

–         Naschy, ¿tenía algún doble en la película? Algunas escenas de acción, de saltos imposibles, son tremendas…

¡Sí que tenía un doble en los saltos! Teníamos que caracterizarlo un poco pero siempre eran escenas de espaldas a la cámara. Vestido se parecía bastante y se llamaba Brandy, supongo que era el seudónimo. Era un especialista, incluso con un papel en la película. Durante una emboscada le pegaban unos tiros y caía en una zona rocosa. Cada escena con él nos costó 15.000 de las antiguas pesetas e hizo dos: una para probar y la segunda para rodar. ¡30.000 pesetas que se llevó!

–         ¿Rodaste alguna escena de doble versión para el extranjero? Me ha parecido ver en alguna ocasión fotogramas del film que en la copia española no aparecían por ningún lado como, por ejemplo, alguna escena subida de todo entre Paul Naschy y Grace Mills…

Creo que en esta película no, ya que en esa época la censura no era tan fuerte. El primero en censurar ya era el propio director, ya que podías intuir que es lo que te iban a cortar.

–         ¿Cómo percibes la película con el paso de los años?

Viendo La maldición de la bestia con el tiempo, la última vez hace seis meses, me llevé una grata sorpresa ya que se conserva muy bien con el paso de los años. Tiene sus defectos, como todo, pero creo que es una gran película. El ambiente está muy logrado, Tomás Pladevall me hizo una fotografía ¡cojonuda! Esto al principio no lo ves, son cosas que se perciben con el tiempo. Vamos, ¡qué viéndola ahora considero que está muy bien!

–         Ya que destacas el gran trabajo de Tomás Pladevall, en lo que coincido completamente, también es de mencionar el maquillaje de hombre lobo realizado por Adolfo Ponte.

Estoy de acuerdo. Fue un proceso muy laborioso, pero a su vez era algo que Paul ya tenía muy controlado. Básicamente lo dirigía él. Era un proceso lento y artesanal. Lo tendíamos en el suelo y, con unos clavos, para que no se moviera y sin hacerle daño, ¡claro está!, íbamos creando el maquillaje poco a poco y con la cámara siempre encima de su rostro: primero el bigote, luego un ojo, el otro ojo, etc. Lo hacíamos por encadenados. Recuerdo que cuando lo maquillaban se metía de lleno en su papel de hombre lobo, era otro, y decía que tenía que estar concentrado. Era algo muy curioso y profesional por su parte. Hay una anécdota muy divertida en relación al maquillaje de hombre lobo. Un día, antes de una sesión de maquillaje para transformarlo, lo llevamos a la torre de un amigo de producción que tenía una casa por el Garraf, cercana al rodaje. Una vez maquillado y ya de vuelta al set, él iba en el asiento de copiloto y bajando por la curvas del Garraf se encontraron con un ciclista. El conductor empezó a pitar para que se apartara y al girarse el ciclista para mirar el coche, de golpe, se ve a Paul Naschy caracterizado de hombre lobo. Se asustó y se cayó con la bicicleta por la cuneta [risas]. El conductor y Paul Naschy, asustados, bajaron corriendo para ver si se había hecho daño y el ciclista, al verlo, se asustó otra vez y salió corriendo [risas]. El chofer, ya en el rodaje, se moría de risa y Paul, todo serio, decía: “Yo no le veo la gracia” [risas].

–         ¿Cómo se portó la crítica con La maldición de la bestia?

Las críticas, seguramente, fueron buenas… La prueba la tienes que se han interesado periodistas de Francia, Bélgica… que han venido a mi casa a entrevistarme para hablar de la película. Incluso, alguno de ellos, me ha llegado a comentar que es la mejor película de la saga de Waldemar Danisnky. Cabe recordar que Paul Naschy ganó un premio por su trabajo en esta película en el Festival de  en Sitges.

   Diego López

3 comentarios en “M. I. Bonns: La bestia de Profilmes

  1. Como homenaje al recientemente fallecido director catalán Miguel Iglesias Bonns, recuperamos esta interesante entrevista realizada por Diego López a propósito de «La maldición de la bestia», aparecida originalmente en «El buque maldito»

Deja un comentario