El espanto surge de la tumba

Título original: El espanto surge de la tumba

Año: 1972 (España)

Director: Carlos Aured

Productores: José Antonio Pérez Giner, Ricardo Muñoz Suay

Guionista: Jacinto Molina

Fotografía: Manuel Merino

Música: Carmelo Bernaola

Intérpretes: Paul Naschy (André / Alaric de Marnac / Hugo de Marnac), Emma Cohen (Elvira), Vic Winer [Víctor Alcázar] (Maurice / André Roland), Helga Liné (Mabille de Lancré), Cristina Suriani (Paula), Betsabé Ruiz (Silvie), Julio Peña (Jean), Luis Ciges (Alain), Ramón Centenero (alcalde),Francisco Llinás (Jean), Juan Cazalilla (guarda), Mará José Cantudo (Anne), Montserrat Julió (Dale), Francisco Nieto, Elsa Zabala (Madame Irina, la médium), Esther Santana (víctima dormitorio)…

Sinopsis: A mediados del siglo XV, un caballero francés es condenado a muerte a causa de sus espantosos crímenes. Antes de ser ejecutado, el condenado jura vengarse de sus familiares y verdugos, motivo por el que su cabeza es enterrada lejos de su cuerpo. Siglos después, los descendientes de aquel caballero y de su verdugo son íntimos amigos. Tras asistir a una sesión de espiritismo, ambos deciden volver a las tierras y al castillo de sus antepasados junto a sus novias en busca de los restos del decapitado…

Hablar de El espanto surge de la tumba (1972) es hablar de uno de los títulos más emblemáticos del fantaterror español. Pero dicha consideración no solo obedece a la intrínseca calidad cinematográfica que atesora, sino también por lo que su producción vino a significar para el posterior devenir del fantástico patrio, encerrando en su metraje no pocas de las constantes de la obra de su principal actor y guionista, Paul Naschy, quien con este título daba a conocer a su personaje más emblemático tras el licántropo Waldemar Daninsky, el brujo-vampiro Alaric de Marnac[1], sobre el cual volvería en al menos otras dos ocasiones; primero en la singular cinta de aventuras con toques terroríficos El mariscal del infierno (1974) de León Klimovsky –donde el personaje es llamado Gilles de Lancré, resultado de mezclar el nombre verdadero del personaje real en que se inspira con el apellido de la amante de Alaric en el film que nos ocupa, Mabille de Lancré-, y casi una década más tarde en Latidos de pánico (1983), film que guarda multitud de similitudes argumentales con el presente.

Fruto de una preproducción bastante atropellada, como el propio Naschy relataría en sus memorias[2], y rodada en menos de cuatro semanas, El espanto surge de la tumba fue el primer título de terror producido bajo el manto de la legendaria Profilmes, casa que durante los años siguientes centraría sus esfuerzos en la producción de cintas de bajo coste encuadradas dentro de los parámetros del cine fantástico, lo que la valió ganarse el cariñoso apelativo de la “Hammer española”. No en vano, esta productora sería la responsable de títulos como La saga de los Drácula (1973) de León Klimovsky, las ossorianas Las garras de Lorelei (1974) y La noche de las gaviotas (1975), o El retorno de Walpurgis (1973) de Carlos Aured, realizador que debutaría, precisamente, con la película protagonista de estas líneas, en la que sabe hacer de la necesidad virtud, partiendo de los escasos medios que le fueron proporcionados para dar vida al proyecto. Entre sus aciertos, destaca la potenciación de la carga erótica y violencia gráfica ya presentes en el libreto de Naschy a un nivel como hasta ese momento nunca se había atrevido un film español del género –se hace indispensable para apreciar la cinta en su justa medida visionar su versión internacional, prolija en desnudos y donde quedan mejor resueltas algunas escenas que en el casto y abrupto montaje español–, dotando a la narración de un clima claustrofóbico y decadente, algo a lo que también contribuye de un modo decisivo tanto la fría fotografía que Manuel Merino realiza de los agrestes parajes de la sierra madrileña donde fue rodada la película, como el tétrico tema central a base de órgano compuesto por Carmelo Bernaola.

En lo que respecta a la aludida aparición de elementos carismáticos dentro de la filmografía de Naschy, y aparte de la citada presentación de su Alaric de Marnac, El espanto surge de la tumba es el primer título de su larga filmografía en el que hacen acto de presencia dos ingredientes que con el discurrir de los años se convertirían en señas de identidad de su cine. En primer lugar se encuentra el prólogo ambientado en el pasado –normalmente en la Edad Media- en el que se narra el origen de la maldición que perseguirá durante el resto de la historia a los protagonistas, elemento este especialmente presente en sus colaboraciones con Aured –aparece en todas salvo en Los ojos azules de la muñeca rota (1973)-, aunque también se halle en otros títulos sin la participación del murciano como puede ser el caso de El retorno del hombre lobo (1981). Y en segundo, el desdoblamiento interpretativo que realiza el actor y guionista, quien aquí da vida a tres papeles distintos, rasgo este que llegaría a su culmen en el que quizás sea su proyecto más personal, la muy fallida El aullido del diablo (1987), donde llegaría a encarnar hasta a ocho personajes diferentes y que, al igual que el presente, sería rodado en su finca familiar sita en la localidad madrileña de Lozoya.

José Luis Salvador Estébenez

[1] Tal y como su propio creador ha reconocido en innumerables oportunidades, dicho personaje no es sino un trasunto de Gilles de Rais, mariscal de campo de Juana de Arco condenado a muerte acusado de brujería debido a las supuestas atrocidades que realizó durante años en sus dominios.

[2] “Pérez Giner me llamó con enormes prisas. Necesitaba urgentemente un guión de terror, puesto de que ello dependía la constitución o no de una productora. Yo no tenía ninguno, pero le dije que podía escribirlo rápidamente. Tuve que hacerlo en día y medio. Las centraminas fueron mi inspiración.” Paul Naschy. Memorias de un hombre lobo de Jacinto Molina, prólogo de Luis Alberto de Cuenca y filmografía de Adolfo Camilo y Luis Vigil (Alberto Santos Editor, Madrid, 1997)

25 comentarios en “El espanto surge de la tumba

  1. Felicidades por el sitio, al que a partir de ahora seré asiduo lector.No podré comentar mucho, ya que el Terror no es un genero que domine, ni siquiera conozco, pero ahi que empaparse de todo.
    Saludos.

  2. Muchas gracias, Julio Alberto. De todas formas, aunque últimamente este un tanto monotemático, la web abarca todo tipo de cine de género, especialmente el europeo, y entre ellos, tu amado Spaghetti-western, el cual, por si no te has fijado, tiene su propia sección. (A la derecha de la web, en «Apartados») 😉

    Por cierto, que antes se me ha olvidado comentarlo, esta reseña es la segunda entrega del dossier dedicado al recientemente fallecido Carlos Aured. La semana que viene sera el turno de «Los fríos senderos del crimen», la segunda película que dirigió.

  3. Estupenda reseña. y de acuerdo contigo en al valoración de la peli. La verdad es que asombra lo currada que está con el poco tiempo que tuvieron para rodarla ..Aunque eso si la Finca ayuda mucho a la hora de generar atmósferas inquietantes.

  4. Más que la finca en si, a mi lo que más mal rollo me produce son las escenas en el embalse, con esa frialdad que despiden las imagenes que parece, casi, como si se encontraran en otra dimensión, cercados por los montes… la verdad es que en esta película, el paisaje hace mucho.

  5. Como que las capturas las tome de la edición estadounidense, que lleva, obviamente, el montaje para el extranjero.

    Por cierto, Sucette, ¿has visto el privado que te envie a Psychotronic?

  6. El problema de la película no es que sea mala, si no directamente que es ridícula.Ya sin tener en cuenta el pobríssimo guión y la falta total de ritmo en la narración, lo mas llamativo es que esta repleta de momentos que deberían infundir miedo o inquietud, i que te acabas retorciendo de risa con ellos (la cabeza parlante con Naschy escondido dentro del decorado, las apariciones de Alaric una vez resucitado, la persecución final, etc). En fin, la peli tiene aciertos y ideas buenas, pero la sensación de amateurismo que desprende lo engulle todo.

    A mi me gustan las pelis del fantaterror español en general, porque salen desnudos gratuitos,gore a mansalva, y la sensación de delirio es constante, però valoradas des de un punto de vista estrictamente cinematográfico, la verdad es que mas malas no pueden ser.

    1. Como siempre, es cuestión de gustos. Por ejemplo, ese amateurismo del que hablas es uno de los mayores aciertos que le veo a la película. Esa tosquedad formal le da una atmósfera muy particular.

      En cuanto a tu valoración global sobre todo el movimiento, además de no compartirla, me parece tremendamente injusta. Primero, porque aunque sea cierto que prevalecieron los títulos «malos», como tú dices, también hubo espacio para la aparición de films de la reconocida valía de «Pánico en el Transiberiano», «La residencia» o «No profanar el sueño de los muertos», por solo poner los ejemplos más reputados. Y luego, aparte, hay que tener en cuenta los más de treinta años que han pasado desde que se rodaran estos títulos, y que en muchos casos han jugado en contra de sus resultados, haciendo que a ojos de un espectador actual sus propuestas puedan pecar de ingenuas, tanto en la forma como en el fondo. Pero vamos, para gustos los colores.

      1. «Pánico en el Transiberiano», sin ser una obra redonda, si que me parece una muy buena película. Las otras dos que nombras no las he visto («No profanar…» esta al caer), pero por lo que he leído, supongo que estarán en esa misma línea.

        Pero claro, es que siempre estamos hablando de las mismas cuatro o cinco películas en una época que llegaron a producirse tropecientos títulos que destacaban principalmente por su cutrez.

        Por eso mismo, creo que el argumento del paso del tiempo no es válido. Por ejemplo, las pelis de la Hammer, hoy en día pueden parecer ingenuas tanto en la forma como en el fondo, pero uno siempre tiene la sensación de estar viendo cine correctamente manufacturado para los estándares de la época, y eso aunque la película sea aburrida. La Hammer hacia pelis buena y pelis malas, pero raramente hacia pelis casposas. La única que yo recuerde, seria una dirigida por Michael Carreras que va sobre unos náufragos que van a parar a una tierra perdida… En el caso del fantaterror español la inmensa mayoría de títulos que he visto son de ese estilo, películas casposas en las que en todo momento se nota la falta de dinero, de tiempo, de medios, de pericia técnica, y en la que se aplica aquello de «todo vale»

        Por eso creo que, por muy entrañables que nos puedan parecer algunos títulos, la calidad del fantaterror, salvo honrosísimas excepciones como las que tu has apuntado y seguro que algunas otras, por lo general, estaba bajo mínimos.

        Pero bueno, como bien tu dices, para gustos colores, eso esta clarísimo.

        Salud

  7. No voy a hacer de abogado del diablo, porque en el fondo estoy de acuerdo contigo, por mucho que mi apreciación hacia el fantaterror sea más favorable. Pero también tienes que tener en cuenta que, precisamente, el motivo por el que abundaron tanto este tipo de películas era porque era un cine muy barato de hacer (y más que se preocupaban que fueran los productores) y fácilmente exportable. Sinceramente, con todos los condicionantes que tuvieron la mayoría de estos rodajes, demasiado bien salieron la mayoría de ellas. Además, está demostrado que cuando este tipo de cine contó con los medios necesarios dio películas a la altura. Es muy significativo que los títulos que aludía en mi anterior comentario y que mayoritariamente están consideradas como lo mejor del subgénero, fueran, precisamente, los que contaron con un mayor presupuesto. Tampoco digo que si, con todos mis respetos, a un José Luis Madrid o a un Jordi Gigó le hubieran dado todo el dinero del mundo para rodar una película hubieran hecho una obra maestra, pero el caso es que, como decía antes, cuando estas películas tuvieron medios respondieron con creces.

    Pd.: Por si te interesa, el título de la película de Michael Carreras a la que te refieres es «El continente perdido».

Replica a cerebrin Cancelar la respuesta