Título original: The Golden Voyage of Sinbad
Año: 1973 (Gran Bretaña)
Director: Gordon Hessler
Productores: Charles H. Schneer, Ray Harryhausen para Ameran Films, Columbia Pictures
Guión: Brian Clemens, según argumento de B. Clemens y Ray Harryhausen
Fotografía: Ted Moore
Música: Miklós Rózsa
Intérpretes: John Philip Law (Simbad), Caroline Munro (Margiana), Tom Baker (Koura), Douglas Wilmer (Visir), Martin Shaw (Rachid), Kurt Christian (Haroun), Takis Emmanuel, John D. Garfield Jr. [David Garfield], Gregoire Aslan, Aldo Sambrell, Porfirias Sanches, Ferdinando Poggi, Rober Rietty, Robert Shaw…
Sinopsis: Un extraño homúnculo sobrevuela el barco de Simbad y deja caer por accidente un misterioso colgante, que al llegar a la costa le será requerido por un individuo de negro. Ya en la ciudad, Simbad conoce al visir de la región, que posee otro colgante que encaja con el previo, y juntos conforman un mapa náutico…
Muchos años tardó Ray Harryhausen en proporcionar una prolongación a la magnífica Simbad y la princesa (The 7th Voyage of Sinbad, 1958 ) y al fin, en 1973, dio origen a este segundo lance, que no es una secuela al uso, sino que, junto a la siguiente, Simbad y el ojo del tigre (Sinbad and the Eye of the Tiger, 1977), conformaría una trilogía sin continuidad, donde un Simbad siempre diferente vive mil y un aventuras y al final consigue a una muchacha diferente.
En esta ocasión, y tras The Valley of Gwangi [tv: El valle de Gwangi, 1969], Harryhausen regresa a la temática que tal vez sea su favorita (el tríptico de Simbad fue la única a la cual aportó materia argumental), la mitología de las Mil y Una Noches, si bien, en este caso, amparado en que la mayor parte de la trama acontece en la civilización perdida de Lemuria, inserta elementos de otras mitologías, así la hindú, con la aparición de una apabullante diosa Kali de piedra viviente, con una espada en cada uno de sus seis brazos, o la helénica, con la lucha entre un centauro-cíclope monstruoso y un grifo. Estos episodios, forjados para que Harryhausen efectúe sus maravillosas figuras animadas por stop-motion (a las referidas se sumará un mascarón de proa del barco que cobra vida, o los homúnculos que crea el hechicero malvado) dio urdimbre un excelente guionista, Brian Clemens, creador de la estupenda serie Los Vengadores (The Avengers, 1961-1969), y autor de los libretos de títulos de culto como De repente la oscuridad (And Soon the Darkness, 1970) o Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Dr Jekyll & Sister Hyde, 1971). De este modo, el defecto que detentan algunas de las películas de Harryhausen, la carencia de fuerza narrativa en los momentos en que el artista no despliega su talento, se elimina, al forjarse una historia consistente dentro de su esquematismo, con Simbad y sus amigos en busca de un secreto que se halla más allá de los mares, y que en cierto modo es una reformulación de la primera película de la saga.
De igual modo, otro de los defectos del cine de Harryhausen son los realizadores, demasiado anodinos y faltos de estilo, por lo general. El director de origen germano Gordon Hessler, sin ser un maestro, al menos es un cineasta solvente y con cierta habilidad narrativa, como atestiguan sus películas The Oblong Box [vd: El ataúd/La caja oblonga, 1969], Murders in the Rue Morgue [vd: Asesinatos en la calle Morgue, 1971] o la presente, donde, sin efectuar una labor maestra, sí al menos logra conferir cierto ritmo al conjunto sin que se produzcan esos baches narrativos tan habituales.
Y otro de los valores de la cinta, desde luego, es su excelente reparto, quizás el mejor de la trilogía, con un excelente John Philip Law como apolíneo, enérgico e inteligente Simbad (acaso el mejor de los tres), la bellísima Caroline Munro como motivo amoroso, el sólido Douglas Wilmer como visir (lástima que la mayor parte de la película la pase con el rostro oculto) y, en especial, un magistral Tom Baker como hechicero malvado, quien, a medida que efectúa encantamientos, ve cómo su físico se va agotando y apergaminando.
Pero, por encima de todo, prevalece la maravillosa partitura de Miklós Rózsa, quien otorga a la cinta un aura mitológica con sus excelentes notas y hace aparentar al film una textura más clásica, y que casi oculta ciertas torpezas de planificación de Hessler, como un zoom que es usado de un modo gratuito y que afea los resultados de esta, con todo, muy apreciable película.
Carlos Díaz Maroto
La abadía de Berzano 
Aunque a una hora distinta a la acostumbrada, ya esta aquí la entrega semanal dedicada a John Phillip Law, con «El viaje fantástico de Simbad».
En mi opinión, se trata de la mejor de todas las aventuras del personaje, una de esas películas cuyo visionado me devuelve al mocoso que fui, gracias a su maravilloso sentido de la aventura (como podéis ver en el tráiler), y a lo que también contribuye, no lo puedo ocultar, la presencia de la escultural Caroline Munro.
Por cierto, Carlos, me alegra ver que no soy el único al que no le parece tan mala como se suele decir «Murders in the Rue Morgue»…
Pues yo creo que me gusta más la tercera parte con Taryn Power.
sucette puke Said:
Pues yo creo que me gusta más la tercera parte con Taryn Power.
Estoy preparando para pasadizo un monográfico sobre RAY HARRYHAUSEN, donde hablaré de todas sus películas. Pero creo que pasará bastante tiempo hasta que salga…
Respecto a la Trilogía Simbad de Harryhausen, para mí, la mejor, y con diferencia, es la primera, que me parece una obra maestra; después, esta segunda me parece buena; y la última me parece flojita, pero con el encanto Harryhausen.
Me imaginaba que la primera es la que más te gustaría.
Mi ranking particular sería: esta la primera, la de Juran la segunda, y la protagonizada por Patrick Wayne la última. De ella opino más o menos como tu, aunque curiosamente es la que tiendo más a recordar…