Título original: Los monstruos del terror / Dracula jagt Frankenstein / Operazione terrore
Año: 1969 (España, Alemania, Italia)
Director: Tulio Demichelli [y Hugo Fregonese]
Productor: Jaime Prades
Guionista: Jacinto Molina
Fotografía: Godofredo Pacheco
Música: Franco Salina, Rafael Ferrer-Fitó
Intérpretes: Michael Rennie (Dr. Varnoff), Karin Dor (Maleva Kerstein), Paul Naschy [Jacinto Molina] (Waldemar Daninsky), Patty Shepard (Ilse), Ángel del Pozo (Dr. Kirian), Craig Hill (Inspector Tobermann), Manuel de Blas (Nosferatu), Peter Damon, Ferdinando Murolo (monstruo de Franksalan), Gene Reyes (Pha-Ho-Tep, la momia), Helga Geisler, Fajda Nicol, Diana Sorel, Luciano Tacconi…
Sinopsis: Un extraterrestre es enviado a nuestro planeta como una avanzadilla invasora. Para tal fin, resucita a un científico y una enfermera para que le ayuden en su plan que no es otro que el de devolver a la vida a los grandes monstruos y con ellos dominar el mundo. Por medio de un libro, un policía descubre a los seres que interesan al alienígena, mientras que éste va recuperando los cuerpos sin vida de Drácula, el hombre lobo, la momia y el monstruo de Franksalan.
Tal y como Paul Naschy ha comentado en infinidad de ocasiones, fue el visionado siendo un chiquillo de Frankenstein y el hombre lobo (Frankenstein Meets the Wolf Man, 1943), de Roy William Neill, el detonante que provocaría su amor incondicional hacia el género fantástico. Quizás sea por este hecho por el que su filmografía se antoje tan deudora del ciclo terrorífico producido entre los años 30 y 40 por la Universal, en especial en su variante de cócteles de monstruos, a los que el madrileño rendiría su particular homenaje con Los monstruos del terror / Dracula jagt Frankenstein / Operazione terrore (1969), coproducción a tres bandas entre España, Alemania e Italia rodada bajo el título El hombre que vino de Ummo.
Al igual que aquellas cintas, Los monstruos del terror parte de una trama de lo más bizarra, aunque, si cabe, aún más desquiciada, habitada por seres tan variopintos como extraterrestres, mad doctors y los monstruos clásicos de la Universal, en la que se entremezclan todas las ramas posibles del fantástico. Unos extraterrestres procedentes del agonizante planeta Ummo (mundo inexistente que por aquellos años estuvo muy de moda en los círculos ufológicos), llegan a la Tierra con el objetivo de comenzar una invasión. Para llevar a cabo tal misión no se les ocurre mejor plan que el de despertar a las más famosas criaturas de las tinieblas: un vampiro, un hombre lobo, una momia y el monstruo de Franksalan (sic) (1). Sin embargo, sus proyectos acabarán por ser desbaratados debido a la conjunción de una serie de factores, entre ellos, uno con el que los alienígenas no contaban: la poderosa fuerza de los sentimientos humanos.
Además del homenaje que en sí mismo supone este pastiche argumental, durante el metraje de la obra se dan cita diversos momentos sacados directamente de algunos de los títulos facturados por la referida productora norteamericana durante su época de (bendita) decadencia. Por ejemplo, el vampiro es hallado por los ummitas en una feria ambulante donde su esqueleto es mostrado a los curiosos como parte de un espectáculo, siendo revivido al serle extraída la estaca que le aprisionaba, tal y como sucedía en la reivindicable La zíngara y los monstruos (House of Frankenstein, 1944) de Erle C. Kenton. Por su parte, ya casi al final del film, el hombre lobo, es decir, nuestro Waldemar Daninsky, se enfrentará en singular duelo con el trasunto del monstruo de Frankenstein, al igual que ocurría en la citada Frankenstein y el hombre lobo, yendo incluso la cinta que nos ocupa más allá, ya que con anterioridad el licántropo se ha visto las caras con la momia.
Mas todas las posibilidades de que este planteamiento pudiera haber derivado en un refrescante producto, divertido, desenfadado y sin complejos, fueron dadas al traste en gran medida a causa de una gestación de lo más accidentada. Abordada como poco menos que una superproducción por parte de su artífice, el productor de origen uruguayo Jaime Prades, antiguo miembro del Imperio Bronston en España, para su dirección se barajó en un primer momento el nombre del catalán Julio Coll, yendo a parar finalmente a manos del otrora hollywoodiense Hugo Fregonese, quien abandonó el proyecto una vez iniciado debido a sus continuas desavenencias y encontronazos con los productores, siendo sustituido por el también argentino Tulio Demichelli (2) (3). Por si fuera poco, la producción sufrió de algunos problemas financieros que provocaron que el rodaje se dilatara en el tiempo mucho más de lo esperado.
Con toda lógica, todas estas dificultades e interferencias se dejan notar para mal en los resultados de un film que se ve aquejado de una desensamblada y atonal narración, a la que tampoco es ajena el torpe guión perpetrado por Naschy / Molina, plagado de numerosos personajes abandonados a su suerte en medio de la historia, y depositario de unos diálogos ampulosos y ridículos. Pese a ello, a lo largo del conjunto se dejan adivinar ciertos elementos de lo que debería de haber sido la película de haberse desarrollado su producción con total normalidad, caso del simpático tono ligero de algunas de sus secuencias, como aquellas en las que el obsesionado personaje de Craig Hill cree ver vampiros donde no los hay, o el deliberado tono kitsch de su fotografía, secundado por la banda sonora, y extensible a los coloridos y pintorescos maquillajes de las distintas criaturas fantásticas reunidas, algo que parece no entender el plúmbeo montaje practicado, incapaz de insuflar al metraje el vivaz ritmo de cómic en movimiento que sus imágenes e historia piden a gritos.
José Luis Salvador Estébenez
(1)Durante el film también se alude al Golem, pero razones presupuestarias impidieron su presencia física.
(2)En su autobiografía Memorias de un hombre lobo (Alberto Santos Editor, Morentín (Navarra), 1997), Paul Naschy deja caer la posibilidad de que la película fuera terminada por Antonio Isasi-Isasmendi.
(3)Algunas fuentes señalan al productor germano Eberhard Meichsner como otro de los realizadores que intervinieron en el film. Dada la total falta de alusión a su posible participación en el rodaje de la película en los textos consultados, es de descartar semejante posibilidad, siendo posible que su acreditación en tal función respondiera a algún tipo de formalismo burocrático en su país de origen.
Seguimos nuestro dossier dedicado a la ci-fi italiana con esta ensalada de monstruos made in Paul Naschy, protagonizada en lo que fue su último trabajo por Michael Rennie, el inolvidable Klaatu de «Ultimatum a la Tierra».
Felicidades por el post. Creo que nunca sebremos en realidad quien termino la cinta, como otras muchas otras de la primera etapa de Paul…por que sera?
Pues, con todos sus fallos es una de esas pelis que me resulta hasta entrañable…Eso sí, el guión mejor no analizarlo » en serio» , porque entonces baja enteros.
Una oportunidad perdida. Pero para echarse unas risas con los colegas no viene nada mal.
En cuanto a la temporada uno de «Hammer House Of Horror» me temo que no tenía audio en ingles ni subítulos en castellano 😦 Supongo que la segunda tampoco tendrá ¿No? ¿Sale ya hoy dia 13 entonces?
Saludos!!
A mi siempre me resultò simpàtica esta cinta..con sus fallos e incongruencias..no se..tiene ese toque entretenido. Ademàs la guardo un gran recuerdo..
Saludos¡¡
Ygor, el primer volúmen de «Hammer House of Horror» aunque no lo pusiera en la carátula, SÍ tenía audio en inglés y subtítulos en castellano… 😉
¡¡¡Pero Cerebrin!!! No me sea usted tan «asin»…
«Los monstruos del terror» es una de mis películas favoritas de Paul Naschy, y su guión es uno de los más divertidos y delirantes que ha hecho este señor. Además sale el puto Michael Rennie… ¿que más se le puede pedir a una película? ¡No me sea tan exigente hombre de Dios! Jajaja!
Aparte, encuentro que la película está muy bien llevada y realizada a pesar de los innumerables problemas de producción que has detallado.
Lo digo en serio: ¡¡Los Monstruos del Terror me encanta!!
Saludos (y muy buena la reseña por cierto) 😉
Nada, nada, que no me convences. 😛 En este plan, aunque no sea tampoco santo de mi devoción, prefiero «Drácula contra Frankenstein» de Franco, entre otras cosas por no tomarse en serio a si misma, algo que le echo mucho en falta a ésta…
Es que el bueno de Paul se toma demasiado en serio a si mismo. Posiblemente ese sea la gran pega de su cine.
No te falta razón, aunque en este caso también tienen algo de culpa los distintos directores que pasaron por la película…
Lo que costo encontrar esta pelicula…A mi me la paso David Domingo que le costo una copia antaño 5000 pesetas por un pavo de Barna…La copia estaba masacrada hasta la saciedad…Suerte ese pase por un canal digital en la que pienso que fue su version intengra..Si me equivoco corregirme…
Saludos
Jajajaja, por esta película y por esa copia de la que hablas es por la que contacte contigo por primera vez. Y si, el pase del digital parece ser la versión integra. 😉
La vi por primera vez anoche en el canal digital al que imagino que os referís y me ha encantado. Bastante despendolada y divertida. De hecho, creo que en muchos aspectos – ambientación, fotografía, secundarios, localizaciones, etc. – está por encima de futuras pelis de Naschy.