Belfast

 

Sinopsis: Belfast, Irlanda del Norte, finales de la década de los sesenta del pasado siglo. Buddy es un niño que crece en un ambiente de lucha obrera, cambios culturales, odio interreligioso y violencia sectaria. Sueña con un futuro que le aleje de los problemas, pero, mientras tanto, encuentra consuelo en su pasión por el cine, en la niña que le gusta de su clase, y en sus carismáticos padres y abuelos.

 


Título original: Belfast
Año: 2021 (Reino Unido)
Director: Kenneth Branagh
Productores: Laura Berwick, Kenneth Branagh, Becca Kovacik, Tamar Thomas
Guionista: Kenneth Branagh
Fotografía: Haris Zambarloukos
Música: Van Morrison
Intérpretes: Jude Hill (Buddy), Lewis McAskie (Will), Caitriona Balfe (Ma), Jamie Dornan (Pa), Judi Dench (Granny), Ciarán Hinds (Pop), Josie Walker (tía Violet), Freya Yates (prima Frances), Nessa Eriksson (prima Vanessa), Charlie Barnard (primo Charlie), Frankie Hastings (tía Mary), Máiréad Tyers (tía Eileen), Caolan McCarthy (tío Sammie), Ian Dunnett Jnr (tío Tony), Michael Maloney (Frankie West), Lara McDonnell (Moira), Chris McCurry (señor Stewart), Rachel Feeney (señora Ford), Elly Condron (señora Kavanagh), Drew Dillon (señor Kavanagh), Olivia Flanagan (Mary Kavanagh), Samuel Menhinick (Paddy Kavanagh), Leonard Buckley (Mickey Clanton), Estelle Cousins (Darlene Clanton), Scott Gutteridge (Fancy Clanton)…

«Cuando la gente se va». Así rezaba uno de los estribillos de la mítica canción del grupo Boney M. De ese modo, a ritmo de música disco, reflejaba el trío de bailongos la situación que Kenneth Branagh plasma en su último y aclamado film.

Los crímenes por diferencias religiosas se han manifestado desde el principio de los tiempos, no es cosa del presente. No únicamente existe el integrismo islámico, que es lo que llena las pantallas de la televisión en la actualidad. Para las generaciones de ahora, el contexto violento, social, religioso y político que se muestra en Belfast les puede parecer descabellado. Sin embargo, en mi retina están impresas las imágenes que aquí he vuelto a ver. Mi niñez catódica está repleta de las mismas experiencias que el personaje infantil de la cinta. Podía estar comiendo y ver en las noticias del día los constantes y criminales asedios de protestantes a católicos en el Úlster o la Belfast de los años sesenta (si bien, según la historia, dichos ataques venían produciéndose al menos desde el siglo XVI o XVII). Al mismo tiempo, y casi a continuación, siempre había algún cataclismo en Japón o Hispanoamérica. Aún no había visualizado a Godzilla en acción, pero años después me trajo a la memoria aquellos planos de devastación. Era como ir al cine, siempre echaban una de romanos, una de terror o una de Bruce Lee. En los telediarios siempre había algún conflicto en Irlanda o algún terremoto en Japón. Pero por la tarde podía disfrutar perfectamente de un episodio de Star Trek o los Thunderbirds

En 2014 me impresionó el film ’71 (’71, Yann Demange), que narraba los mismos acontecimientos que la película que nos ocupa, pero desde el punto de vista de un inexperto soldado del ejército británico que queda atrapado en los conflictivos barrios de Belfast y trata de escapar sin daño alguno, casi estructurado como un asfixiante wéstern moderno. Por su parte, el film de Kenneth Branagh es su personal y emotivo Cuéntame cómo pasó. Sin eludir la fisicidad del enfrentamiento, opta por el punto de vista familiar, a través de la mirada de ese niño (maravillosa revelación la de Jude Hill) que no comprende lo que sucede a su alrededor, que no quiere marcharse del lado de su abuelo (el gran pensador), ni de la niña que ama en secreto, que no quiere perder ni su infancia ni sus raíces (aunque al final los acontecimientos se precipiten y la familia tenga definitivamente que partir dejando a otros allegados).

Pese a la violencia que la historia transmite, el ritmo es reposado y poco estresante, y la misma destila dulzura por los cuatro costados. Al ritmo de la genial música de Van Morrison, los planos de la película desfilan como cuadros en una exposición fotográfica (desde mi punto de vista es incomprensible que el gran trabajo de Haris Zambarloukos, habitual colaborador del realizador, haya pasado desapercibido en las nominaciones a los Oscar de este año de las siete categorías en las que la cinta ha sido incluida). Otro de los grandes aciertos es un veterano Ciarán Hinds (en estado de gracia) interpretando a Pop, el abuelo, que nos trae el recuerdo de muchos personajes del cine de John Ford como los interpretados por Donald Crisp o Barry Fitzgerald en films como ¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley, 1941) o El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952). Hasta el guaperas Jamie Dornan no desentona y consigue hacernos creer que es un buen actor, aupado por la confianza y la gran dirección de Branagh.

En el aspecto técnico todo es irreprochable, de una perfección meticulosa. Diversos picados y contrapicados desperdigados a lo largo de la película (la agonía y el entierro de Pop, ese cielo enigmático, implacable y ciego, siempre amenazando tormenta, y contemplando con indiferencia a la ciudad que yace a sus pies) ponen de manifiesto, simbólicamente, esa lucha que Branagh trata en todo momento de no hacer demasiado visible. El resultado es, sin duda alguna, el mejor trabajo hasta la fecha de su director.

Miguel Ángel Plana

Un comentario en “Belfast

  1. «- Por aquellos que se fueron, por los que se quedaron y por todos los que perdimos».

    «- El doctor le dice: «Mira John, tengo malas y peores noticias para ti.
    – Y John dice: ¿cuál es la mala?.
    – Te quedan 24 horas de vida.
    – ¡Qué horror!, ¿qué podría ser peor?
    – Bueno, te he tratado de localizar desde ayer».

    Comienzo mi comentario sobre «Belfast» con este chiste que cuenta el personaje de Jamie Dorman a sus vecinos. Es francamente bueno te carcajeas.
    Este es uno de los momentos distendidos del filme, una cinta que yo califico de hermosa.
    Mezcla los géneros del drama, comedia (en pequeñas pero sabias dosis), social y político, con una espléndida narrativa de Kenneth Branagh, autor también del guión.
    Un guión estupendo, lleno de excelentes diálogos, intensos momentos dramáticos y un amor y cariño hacia los personajes, en todo momento presente.
    Dura cuando tiene que serlo, sentimental a veces, siempre sensible, produce verdadera ternura en las escenas entre el niño protagonista y su abuelo (soberbio Ciarán Hinds) (de Judi Dench decir que lo hace de maravilla es repetirse…). El sencillo pero conmovedor diálogo en el hospital así lo atestigua, toda una lección de vida del abuelo al nieto, explicándole varias lecciones de la vida, como la importancia de la familia.
    Una película emotiva, afable pero también dramática y cruel, siempre creíble y respirando verdad en cada toma.
    Técnicamente es una maravilla, con aspectos como la impresionante fotografía en blanco y negro a cargo de Haris Zambarloukos, desde ya en la quiniela de los Óscars.
    Recomendable cien por cien.

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