La chica del pijama amarillo

Título original: La ragazza dal pigiama giallo / La chica del pijama amarillo

Año: 1977 (Italia, España)

Director: Flavio Mogherini

Productor: Giorgio Salvioni

Guionistas: Flavio Mogherini, Rafael Sánchez Campoy

Fotografía: Raúl Artigot, Carlo Carlini

Música: Riz Ortolani

Intérpretes: Ray Milland (Inspector Simpson), Dalila Di Lazzaro (Glenda Blythe), Michele Placido (Antonio Attolini), Mel Ferrer (Profesor Henry Douglas), Howard Ross (Roy Conner), Ramiro Oliveros (Inspector Rasmus), Rod Mullinar (Inspector Morris), Giacomo Assandri (Quint), Eugene Walter (Dorsey), Antonio Ferrandis (Nottingham), Fernando Fernán Gómez (Perito de la policía), Vanessa Vitale (Evelina), Mónica Rey (Patricia Clark Dorsey), Andrea Gnecco, Sandra Dobrigna, Enzo Staiola, Luis Barboo…

Sinopsis: En una playa es hallado el cadáver de una chica con el rostro quemado e irreconocible. La investigación policial del crimen es llevada por el viejo Simpson, un inspector jubilado, y el joven Rasmus. Puesto que el cadáver presenta trazas de violencia carnal, Rasmus hace arrestar a un sospechoso, Quint, un maníaco de la zona. Pero Simpson sigue otras pistas…

Coproducida entre Italia y España, La chica del pijama amarillo es un drama policíaco basado en un hecho real acaecido en Australia hacia 1934 conocido como “el misterio de la chica del pijama”. Pese a ello, la cinta suele ser considerara con suma frecuencia como un giallo, algo harto discutible ya que, si bien es cierto que podemos palpar la influencia de este género en alguno de sus componentes, no hallamos ni el más mínimo rastro en cuanto a las que se suponen sus constantes por definición, como puede ser la presencia de un misterioso homicida o la recreación de los asesinatos de éste.

Más al contrario, en toda la película solo acontecen dos muertes, siendo la primera de ellas sobre la cual gira todo el argumento, servido de forma original por medio de dos acciones paralelas: por un lado con la investigación policial del asesinato, protagonizada por un veterano y en ocasiones algo fuera de lugar Ray Milland –en el recuerdo no puede estar más presente el vergonzoso momento en que se despide con gestos masturbatorios del principal sospechoso, quien antes de la llegada del personaje de Milland se encontraba haciendo lo propio-, quien da vida a un policía recién jubilado que se niega a aceptar su nueva condición, por lo que continúa investigando crímenes de forma paralela a las pesquisas oficiales, de las cuales se encarga nuestro Ramiro Oliveros. Curiosamente, y tal vez con cierta intención de crítica, serán los viejos métodos de Milland frente a los modernos empleados por el personaje de Oliveros, basados principalmente en la psicología, los que acabarán dando sus frutos y revelando a la policía –y, por ende, al público– la identidad del asesino.

Por otra parte, la trama se complementa con un arco argumental protagonizado por una ninfómana que mantiene relaciones con hasta tres hombres distintos, un camarero italiano con el que acabará contrayendo matrimonio, un amigo de éste, y un prestigioso y acomodado profesor, personaje que es encarnado por otra vieja gloria del cine norteamericano como Mel Ferrer, quien por aquella época desarrollaba su carrera a caballo entre trabajos televisivos en su país y pequeñas apariciones como secundario de lujo en producciones europeas de género.

Pero a pesar de la originalidad de este planteamiento argumental, La chica del pijama amarillo acaba naufragando tanto por su tedioso discurrir narrativo, como por la tramposa narración de su director y también coguionista Flavio Mogherini (sin duda, uno de los mejores directores de arte que tuvo nunca el cine italiano), en la que juega a crear cierto confusión en la historia, ya que no es hasta el último tercio de la cinta cuando se nos descubre que una de las dos tramas que se nos cuentan recrea los últimos meses de vida de la mujer asesinada y, por tanto, no ocurre, como se nos induce a pensar por medio de un personaje presente en ambas, en la misma línea temporal que el otro arco argumental, detalle este que puede que provoque no pocos atractivos para determinado grupo de espectadores, pero que en opinión de quien esto escribe no es más que un artificioso ardid narrativo añadido con el único fin de provocar en el público el mismo efecto que los rocambolescos desenlaces del giallo.

Con todo, el conjunto arroja varios elementos dignos de ser destacados, tales como el diseño y evolución de los personajes principales de la trama de tan peculiar cuadrado amoroso, la fotografía de los operadores Raúl Artigot y Carlo Carlini, variando la acreditación de uno u otro en función a la nacionalidad del montaje, o cierta sordidez representada por la escena en la que la policía muestra el cadáver de la mujer al público para tratar de averiguar su identidad, momento este que es aprovechado por Mogherini para subrayar las morbosas reacciones de los asistentes, morbo que acaba por convertirse en uno de los principales reclamos de la cinta, pues no faltan a lo largo de su metraje temas escabrosos de índole sexual, tales como el lesbianismo o la prostitución, amén de varios desnudos femeninos.

José Luis Salvador Estébenez

2 comentarios en “La chica del pijama amarillo

  1. Esta semana en el recién inaugurado dossier dedicado al finado Mel Ferrer, tenemos esta coproducción hispano-italiana de finales de los 70 que protagonizó otra vieja gloria de los años dorados de Hollywood, el genial Ray Milland.

    Esto la… Atxein, ya puedes opinar en contra! 😛

  2. Jajajajaja, que mamoncete Cerebrín¡¡ Pues para mi SI es un Giallo, no en todos los giallos mueren decenas de personas, a veces hay hasta solo 1 muerte, o pueden ser giallos sobrenaturales.. Aunque reconozco que esta no es un giallo puro, pero yo lo encuadro en este género.

    A mi esta cinta me gustó, salvando sus bajones y que Milland está algo desaprovechado y no debería haber muerto… Además cuando la sacaron aquí en Dvd fué toda una sorpresa.

    Saludos Cerebrín¡¡

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