Persecution [vd: La persecución; El terror de Sheba; tv: Persecución]

Título original: Persecution

Año: 1974 (Gran Bretaña)
Director: Don Chaffey
Productor: Kevin Francis
Guionistas: Robert B. Hutton, Fredrick Warner, Rosemary Wootten
Fotografía: Ken Talbot
Música: Paul Ferris
Intérpretes: Lana Turner (Carrie Masters), Ralph Bates (David Masters), Suzan Farmer (Janie Masters), Trevor Howard (Paul Bellamy), Olga Georges-Picot (Monique Kalfon), Patrick Allen (Robert Masters), Shelagh Fraser (Sra. Banks), Jennifer Guy (Camarera), Ronald Howard (Dr. Ross), John Ryan (Jardinero), Mark Weavens (David de niño)…
Sinopsis: Una mujer lisiada que siente un gran afecto por los gatos vive en una gigantesca mansión junto a su hijo, su nuera y su nieto. La anciana culpa a su vástago de su minusvalía, por lo que se dedica a hacerle la vida imposible tanto a él como a su familia.

Persecution [vd: La persecución; El terror de Sheba; tv: Persecución, 1974] suposo el inicio de la andadura de la Tyburn, firma nacida como una especie de heredera espiritual de la por entonces moribunda Hammer. Para su debut la productora intentó emular los thrillers psicológicos que desarrollara la casa del martillo a mediados de los 60 con guiones de Jimmy Sangster y dirección de gente como Freddie Francis o Seth Holt, siguiendo la linea iniciada por Henri Georges Clouzot con su mítica Las diabólicas (Les diaboliques, 1955). Una película de la que, con toda lógica, también pueden rastrearse ecos en la presente, mostrándose de igual modo influenciada por la magnífica ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?, 1962) de Robert Aldrich.

De este modo, Persecution narra una historia muy similar al del mencionado film de Aldrich, centrándose en la relación malsana que se da entre dos familiares. En este caso son una mujer de avanzada edad aquejada de cojera y su hijo, junto al que la primera vive prácticamente recluida en una enorme y aislada mansión decadente, y al que maltrata psicológicamente al culpabilizarle de ser el responsable de su tara física. Por si no fueran suficientes las similitudes argumentales, al igual que ocurriera con Bette Davis y Joan Crawford, la actriz encargada de dar vida a la anciana protagonista es también una antigua estrella del Hollywood clásico cuya carrera se encontraba en el momento del rodaje de la cinta en franca decadencia. En esta oportunidad se trata de Lana Turner, actriz protagonista de clásicos tan notables como Imitación a la vida (Imitation of Life, 1959) de Douglas Sirk, o la versión de El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice, 1946) dirigida por Tay Garnett.

Sin embargo, a pesar de partir de semejantes ingredientes, los resultados de Persecution no pueden estar más en las antípodas de los conseguidos por la película del autor de Doce del patíbulo (The Dirty Dozen, 1967), tanto por su guión como por la realización al que le somete el artesano Don Chaffey, cineasta especializado en la confección de films con gran protagonismo de efectos especiales, en cuya filmografía se alternan maravillas del calibre de Jasón y los argonautas (Jason and the Argonauts, 1963) o, en menor medida, Hace un millón de años (One Million Years B. C., 1966), ambas en colaboración con el mago de la stop motion Ray Harryhausen, con títulos tan poco conseguidos como Criaturas olvidadas del mundo (Creatures the World Forgot, 1971), The Viking Queen [dvd: La reina vikinga, 1967] o el aquí presente.

Así, a la indecisión genérica de un tratamiento que no acaba por decantarse entre el suspense con ecos fantásticos o el terror psicológico, fruto de una tramposa puesta en escena en la que se llega a hacer creer que todo es obra de una maldición sobrenatural -como, por ejemplo, en los planos protagonizados por la vista subjetiva del gato-, cabe añadirle el lento ritmo bajo el que discurre su narración, tan solo animado por la inclusión de varios flashbacks que tratan de arrojar algo de información sobre el extraño comportamiento del personaje principal, pero que a la postre acaban por destrozar su final, haciendo que este resulte del todo predecible y falto de fuerza; un defecto imperdonable en una película perteneciente a un estilo cuyos sorprendentes desenlaces suelen ser una de sus mejores bazas.

Una lástima, ya que atendiendo a la nómina de nombres reunidos, puesto que a Lara Turner y Don Chaffey hay que añadir la presencia de nombres de la valía de Ralph Bates – sin lugar a dudas uno de los mejores intérpretes que ha tenido el cine fantástico británico en sus filas, pero que tuvo la mala fortuna de emerger en la época en la que el género empezaba a estar de capa caída en las islas, por lo que tuvo que buscar amparo en productos televisivos hasta su prematuro fallecimiento -, Trevor Howard o Patrick Allen, a pesar de que el trabajo de ambos, sobre todo el de este último, se limite a un rol casi episódico, habría que esperar una cinta de mayor enjundia. Por el contrario, lo único reseñable de Persecution se encuentra en la conseguida atmósfera lúgubre y enfermiza que rodea a la mansión, y algún momento aislado de inspiración de Chaffey, caso de la secuencia post créditos en la que se muestran las lápidas del cementerio de gatos anexo a la mansión, que a la vez que introduce cierto elemento de inquietud al ver lo anormal de que todos los gatos tuvieran el mismo nombre, es empleado para visualizar la transición de veinte años transcurridos con respecto a la escena anterior, mediante las fechas de nacimiento y defunción de los distintos mininos.

José Luis Salvador Estébenez