Most Dangerous Man Alive [tv: El hombre más peligroso vivo]

Título original: Most Dangerous Man Alive

Año: 1958 (Estados Unidos)

Director: Allan Dwan

Productor: Benedict Bogeaus

Guionistas: James Leicester, Philip Rock, según la historia “The Steel Monster” de Philip Rock y Michael Pate

Fotografía: Carl Carvahal

Música: Louis Forbes

Intérpretes: Ron Randell (Eddie Candell), Debra Paget (Linda Marlow), Elaine Stewart (Carla Angelo), Anthony Caruso (Andy Damon), Gregg Palmer (teniente Fisher), Morris Ankrum (capitán Davis), Tudor Owen (Dr. Meeker), Steve Mitchell (Devola), Joel Donte (Franscotti)…

Sinopsis: Eddie Candell escapa mientras era conducido a San Quintín, tras matar a un delincuente en defensa propia. Los gángsters que lo traicionaron se ponen en alerta, pues temen su venganza. Candell, vagando por el desierto, va a parar a una zona en la cual se realiza una prueba nuclear. La explosión lo alcanza de lleno, y lo convierte en un mutante con la fuerza del acero, que resiste el impacto de una bala.

Allan Dwan (1885-1981) es uno de los grandes clásicos de la historia del cine. Con casi quinientas películas en su filmografía, es uno de los realizadores más activos que ha habido, desde su debut en 1911. Hacia finales de la época del cine mudo devino en un director de prestigio, con títulos como Robín de los Bosques (Robin Hood, 1922) o La máscara de hierro (The Iron Mask, 1929), pero con el sonoro se convirtió en un artesano de serie B, eficiente, rápido, enérgico y efectivo. En su filmografía hay todo tipo de géneros, desde la aventura, con títulos como los citados con anterioridad, melodramas catastróficos, como Suez (Suez, 1938), cine bélico –Arenas sangrientas (Sands of Iwo Jima, 1949)-, pero, sobre todo, westerns –Filón de plata (Silver Lode, 1954), Passion (1954), El jugador (Tennesse’s Partner, 1955)- y cine negro –Ligeramente escarlata (Slightly Scarlet, 1956)-. Sin embargo, el cine fantástico apenas lo tocó: El gorila (The Gorilla, 1939), es una parodia con los hermanos Ritz, y la presente, su segunda cinta del género, es la última que rodó. Filmada en 1958, después nuestro hombre se retiró del cine, y de hecho la película no sería estrenada hasta el 4 de julio de 1961 en Estados Unidos.

Most Dangerous Man Alive es una película que ofrece todas las características narrativas del cine negro, a la cual Dwan le aplica su habitual estilo directo y enérgico. Dentro de ese esquema, se inserta una trama de ciencia ficción que no dudamos fue una de las fuentes de inspiración para Stan Lee y su creación El Increíble Hulk, y si no consúltese la muy diáfana sinopsis que referenciamos en otro apartado. Película de muy bajo presupuesto, en ella tenemos al clásico científico, el doctor Meeker, que se dedica a lanzar hipótesis gratuitas, que sin embargo son certeras, y que sirven para informar al espectador de lo que acontece: Candell absorbió el acero de la torre que había junto a él en el momento de la explosión, y la radiación fusionó materia orgánica con metal; las balas (y las esposas que llevaba en ese momento) son absorbidas por su piel, pero a medida que pasa el tiempo se produce un desequilibrio corporal que le produce tremendos dolores.

La mayor parte de la cinta se articula por una estructura de persecución, en la cual Candell persigue a los delincuentes que le prepararon esa emboscada, y la policía persigue a Candell. Este, además, secuestra a su antigua prometida (la bellísima Debra Paget), y se pasa con ella de un lado para otro, transportándola en ocasiones en brazos, y componiendo así la clásica imagen de la Bella y la Bestia.

Dwan narra la película de la forma económica y directa habitual en él, haciendo uso de abundantes planos en picado que muestran los techos de los interiores, lo cual acrecienta el clima claustrofóbico que impera sobre los personajes. Cabe destacar una asombrosa escena erótica en que Candell desnuda a su chica: un mero plano de él quitándole una media posee más turbación que la más explícita de las escenas. El tono fatalista que rodea a la figura de Candell está muy bien creado por medio de la iluminación y los rasgos ásperos del actor. “Quiero morir, y ni siquiera sé si puedo morir”, llegará a decir en un momento.

Protagoniza Ron Randell, que en los años 40 encarnó a Bulldog Drummond en un par de ocasiones y que se convertiría en un rostro habitual del cine del oeste, bélico y policíaco. Le acompañan, amén de la referida Debra Paget, Anthony Caruso, otro habitual del cine negro, y Morris Ankrum, que por una vez no encarna a un general del ejército, como en tantas muestras de ciencia ficción de los 50, sino al capitán de policía.

El resultado es un tanto similar a otra película de esa época, The Amazing Transparent Man [tv: El increíble hombre transparente, 1960], de Edgar G. Ulmer. No es de lo mejor de Dwan, y acaso le sobre algo de metraje, pero es una rareza muy interesante, un curioso pastiche digno de atención, y bastante mejor, con todo, de lo que pudiera aparentar en un inicio.

Carlos Díaz Maroto