Get Back

 

Sinopsis: Después de trece años de ausencia de los escenarios, en 1989 Paul McCartney se embarcó en una gigantesca gira mundial que resultó ser uno de los mayores éxitos de su carrera. Get Back es un fiel testimonio de aquel tour, en el que McCartney volvió a interpretar en directo algunas de las mejores canciones de The Beatles, además de temas de Wings y de su trayectoria en solitario.

 


Título original: Get Back
Año: 1991 (Reino Unido, Estados Unidos)
Director: Richard Lester
Productores: Philip Knatchbull, Henry Thomas
Fotografía: Jordan Cronenweth, Robert Paynter
Música:Temas de Paul McCartney, The Beatles, Wings interpretados por Paul McCartney y su banda
Intervinientes: Paul McCartney, Linda McCartney, Hamish Stuart, Robbie McIntosh, Paul Wickens, Chris Whitten…

Tras un prolongado periodo alejado de los escenarios, en los estertores de la década de los ochenta Paul McCartney se embarcaba en una gira mundial, la primera en trece años. Bautizada con el inequívoco nombre de “The Paul McCartney World Tour”, desde el 26 de septiembre de 1989 al 27 de julio de 1990 el que fuera miembro de los Beatles recorrería buena parte de los continentes europeo, americano y asiático a través de más de cien fechas repartidas en nueve etapas. El resultado de estas jornadas sería recogido en 1990 en el triple LP en directo “Tripping the Live Fantastic”, al que seguiría el lanzamiento en las navidades del año siguiente de un largometraje documental que, a modo de concierto, recopilaba imágenes de varias de aquellas actuaciones bajo el doblemente simbólico título de Get Back (Get Back, 1991). Por deseo del propio músico, el escogido para darle forma fue Richard Lester, responsable de films de la talla de Robin y Marian (Robin and Marian, 1976) o El knack… y cómo conseguirlo (The Knack… and How to Get It, 1965), ganador de la palma de oro de Cannes.

Aunque para entonces se había poco menos que retirado de la profesión a causa del fallecimiento de Roy Kennear durante el rodaje en España de El regreso de los mosqueteros/The Return of the Musketeers (1989), última entrega de su trilogía basada en la más célebre creación de Alexandre Dumas, el cineasta estadounidense aceptó el encargo. De este modo, se producía el reencuentro profesional entre Lester y McCartney cinco lustros después de su trabajo conjunto en ¡Qué noche la de aquel día! (A Hard Day’s Night, 1964) y ¡Socorro! (Help!, 1965), las dos películas protagonizadas por The Beatles. Sin embargo, esta nueva colaboración entre ambos no resultó tan placentera como en anteriores ocasiones. Frente al calendario fijado, Lester tardó en finalizar la película un año y medio, mucho más tiempo del esperado. Para cuando la tuvo lista, McCartney se encontraba ya inmerso en otros proyectos, por lo que, en lugar de estrenarse en salas de cine como estaba previsto, Get Back terminó distribuyéndose directamente en video, coincidiendo con una época en la que la comercialización de este tipo de productos por parte de la industria discográfica en el mercado doméstico se encontraba en pleno auge.

Pese a lo que en un primer momento se pudiera temer a tenor de esta dilatada producción, lo cierto es que el fruto resultante cumple con creces su objetivo primordial de dar testimonio de lo que fue aquella gira. A lo largo del metraje, la cinta plasma con una extraordinaria fidelidad tanto en su imagen como en su sonido el estado que atravesaba McCartney y su banda, transmitiendo a la audiencia la energía de sus interpretaciones. Tanto es así que su visionado consigue por momentos crear la nada fácil sensación de estar asistiendo a uno de aquellos conciertos. En el apartado técnico, destaca especialmente el lustre visual que aporta la labor fotográfica de Jordan Cronenweth y Robert Paynter, operadores, respectivamente, de Blade Runner (Blade Runner, 1982) y Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London, 1981), entre otros muchos títulos hollywoodienses de renombre.

El buen sabor de boca general se ve beneficiado por la potente selección de canciones propuesta, que si bien guarda espacio para temas pertenecientes a la trayectoria de McCartney en solitario y a su etapa en Wings, en su mayoría se nutre de alguno de los más ilustres exponentes del repertorio de The Beatles. Una decisión que hace que su desarrollo no decaiga en ningún momento, hasta a ojos del espectador ocasional no demasiado familiarizado con la discografía de su protagonista. Qué duda cabe que a todo ello también contribuye el gran dinamismo con el que se suceden las canciones, sin que apenas existan puntos muertos, engarzando prácticamente una tras otra. Resulta bastante significativo en este sentido que una de las escasas introducciones incluidas en las que Macca se dirige al público sea aquella en la que, cuando se dispone a atacar al piano un bloque de canciones de The Beatles, recuerde a sus tres compañeros en el grupo, manifestando que sin ellos no habría llegado tan lejos.

No obstante, todo lo expuesto hasta este punto no se aparta en esencia a nivel formal de las grabaciones de conciertos al uso. ¿En qué se nota entonces la mano de Lester? Pues, básicamente, en la labor de edición. Véase el protagonismo en ocasiones exagerado que otorga su puesta en escena a las reacciones de la audiencia ante los temas interpretados, focalizándose varias veces durante largo tiempo en el rostro de espectadores determinados. En cualquier caso, más discutible resulta la recurrente inclusión en el montaje de material de archivo procedente de noticiarios, videos caseros y películas. Con ello, posiblemente el director de Golfus de Roma (A Funny Thing Happened on the Way to the Forum, 1966) pretendía aludir al corto de once minutos que él mismo había realizado como prefacio a los conciertos de la gira. “La idea era casar veinticinco años de música de Paul con veinticinco años de lo que había pasado en el mundo, lo que más recordamos. Una serie de acontecimientos familiares para cualquier tipo de público y que no necesitan comentario alguno. Algo así como una ‘historia artesanal’ del mundo”[1], en palabras del cineasta.

Sin embargo, la traslación de esta idea en Get Back acaba desdibujada por lo aleatoria, caprichosa y hasta experimental que se antoja la inserción de estas imágenes, salvo en contadas ocasiones. Una de estas excepciones se encuentra en la incorporación durante las primeras canciones de planos de The Beatles extraídos del metraje de ¡Socorro! Y es que lo que en principio diríase un autoguiño cómplice de Lester a los seguidores de la banda, adquiere en cambio un significado distinto al saber que se trataba de su despedida del medio, pudiendo interpretarse como una mirada nostálgica del cineasta a los inicios de su carrera en el momento de su adiós. La otra se erige con todo merecimiento en el momento más inspirado del film. Me refiero a la suerte de videoclip que Lester construye durante la interpretación de “The Long and Winding Road” echando mano de imágenes reales de la Guerra del Vietnam, brindando una narración autónoma y complementaria a la propia canción que plasma con estremecedor tino el horror de la guerra. Exactamente el mismo tema que Lester planteara años antes bajo un surrealista y ácido sentido del humor en Cómo gané la guerra (How I Won the War, 1967), película, curiosamente, que contaba con la participación del otro genio creativo de los de Liverpool, John Lennon.

José Luis Salvador Estébenez


[1] Citado en El cine Beatle. Todas las películas de John, Paul, George y Ringo (Nuer Ediciones, Madrid, 2000), de Arturo Moreno Obregón, página 201.

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