Desde el pasado jueves y hasta el próximo 31 de marzo, el Amaia KZ de Irún (Guipúzcoa) acoge «Del ring a Holywood. Un irunés trotamundos», una exposición que repasa las vivencias de Juan “Shanín” Olaguibel a través de una colección de fotografías, carteles, fotocromos, guías publicitarias, programas de mano, portadas de periódicos y revistas o imágenes de No-Do. Organizada por el área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad guipuzcoana, el encargado de documentar la exposición ha sido nuestro buen amigo Gurutz Albisu, quien continúa con su labor para rescatar del olvido a vecinos relevantes de su ciudad relacionados con el séptimo arte, como ya hiciera hace unos años con José María Zabalza.
En el caso de Olaguibel, su vinculación con el cine se enmarca dentro de una trayectoria vital novelesca. Con apenas 18 años dejó atrás el hogar familiar con el anhelo de triunfar como boxeador, marchando a París. El deporte de las doce cuerdas le lleva a Norteamérica y allí su potente físico le facilita el acceso a los grandes estudios de Hollywood. Tentado a probar con la lucha libre, dedicará veinte años a esta actividad profesional, que le proporciona el reconocimiento y le permite recorrer casi todos los países de América y buena parte de Europa.
Tras su grata experiencia en la meca del cine, a su regreso a España en la década de los cincuenta, vuelve a entregarse intensamente al séptimo arte. Siempre como actor de reparto y a la sombra de las grandes estrellas completa una estimable filmografía compuesta por más de cincuenta largometrajes. Repasar los títulos en que tomó parte supone un sugestivo recorrido a lo largo de la historia del cine, desde los balbuceos del sonoro hasta la década de los setenta del S.XX. A lo largo de su filmografía, Shanín, tal y como era conocido en Irún, estuvo a las órdenes de cineastas de la talla de Raoul Walsh, Lewis Milestone, Nicholas Ray, Anthony Mann o Stanley Kubrick y se codeó con estrellas como Sophía Loren, Bing Crosby, Ida Lupino, Cary Grant, Anita Ekberg, Peter Lorre, Cristopher Lee, Frank Sinatra, Bud Spencer…
En sus años delante de las cámaras participó en todo tipo de géneros cinematográficos, desde los musicales hollywoodienses de los años treinta al polar francés, pasando por el péplum, el spaguetti western, el terror, el cine de aventuras, películas eróticas, infantiles y hasta el frustrado intento del Olor-Cinema. Entre los títulos en los que participó podemos mencionar Los peces rojos, Orgullo y pasión, Simbad y la princesa, el Espartaco de Kubrick, Tú perdonas… yo no o Pánico en el Transiberiano, en la que dio vida a la criatura de origen alienígena que desencadenará el terror en el convoy.
Si bien la exposición «Del ring a Holywood. Un irunés trotamundos» abarca las diferentes vertientes profesionales de Shanín Olaguibel y cuenta con un primer apartado destinado a un amplio recorrido vital que da paso a abordar su dedicación tanto al boxeo como a la lucha libre, el eje central de la muestra incide especialmente en su labor como actor
La abadía de Berzano 