Pero no fue así

Título: Pero no fue así

Autor: Ángel Gómez Rivero

Edita: Excmo. Ayuntamiento de Algeciras – Delegación de Juventud, 2008

El premio certamen de relatos «Juan Luis Romero Peche» de 2005 ha decidido hacer una publicación con lo premiado en tal convocatoria por medio de un simpático librito con dos portadas; así, por un lado se ofrece «Libreta roja donde guardo nuestros silencios», poesía de Luis Alberto del Castillo, acompañado de un accésit, «Recuerdo o inspiración de un poema», de Antonio Lucena Vera.

Y por el otro lado tenemos «Pero no fue así», relato medianamente largo (65 páginas con entradas e ilustraciones) debido al gaditano Ángel Gómez Rivero, y motivo de estas líneas, pues su temática encaja con las constantes de este sitio. Así, el reconocido ensayista cinematográfico y autor de inspirada prosa aquí nos ofrece una narración centrada en los últimos días de la vida del gran poeta y escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Adopta, además, una curiosa estructura, donde ensayo, relato y poesía pudieran fundirse en una nueva forma; Rivero hace uso de un lenguaje musical y poético que logra emular con habilidad las formas del autor bostoniano, y a partir de diversos capítulos recrea la obra más significativa de éste. A saber, tenemos «El gato negro», «El retrato oval», «El barril de amontillado», «Berenice», «William Wilson», «La máscara de la Muerte Roja», «La caída de la casa Usher» y el poema «El cuervo» incursionando en los recuerdos del personaje protagonista, desenvolviéndose en su creación literaria, al tiempo que Rivero aporta «otras» versiones de todas estas historias y que, según su relación, acabarían derivando en lo que conocemos.

El resultado es toda una joya, merecidamente premiada en el certamen referido, y que aúna con habilidad recreación biográfica y fabulación terrorífica, que hace que el autor comparta los delirios alcohólicos del personaje principal y sea lanzado adelante y atrás en un maremágnum de creaciones y re-creaciones, de nacimientos y de muertes.

Rivero desata ante el lector todos sus conocimientos de ensayista del género, envolviéndolos de una prosa diáfana y elegante que elude la retórica superflua, que va directa al corazón del amante a la temática, que recrea con habilidad admirable un mundo de terrores góticos, donde confluyen gatos y caserones, retratos y dobles, la muerte y la vida, para, en definitiva, como todas las grandes obras, terminar hablando del hombre mismo, para acabar reflejando una existencia que ya ha pasado a la inmortalidad.

Hará bien el lector aficionado a los mundos oscuros en hacerse con esta publicación y precipatarse dentro de estas páginas henchidas de talento y emoción. No se arrepentirá.

Carlos Díaz Maroto