Night Shift

 

Sinopsis: Por necesidad, está recién llegada a la zona y necesita pasta, Gwen acepta trabajar como recepcionista/chica para todo en el turno nocturno de un andrajoso motel que conoció tiempos mejores. Al poco de quedarse sola, con tan solo una huésped en el lugar, una chica asiática que se ha fugado de su casa, Gwen empieza a descubrir extraños elementos, señales de que algo no marcha bien, presentimientos terribles… Y luego está el nombre de Walton Grey. Acosada por fantasmas, mientras un siniestro coche pasa una y otra vez ante la puerta, Gwen tendrá que confiar en su instinto y en que cuadre la caja de la noche para ver la luz de un nuevo día.

 


Título original: Night Shift
Año: 2023 (Estados Unidos)
Director: China Brothers (Benjamin China, Paul China)
Productores: Chris Abernathy, Maurice Fadida, Eric B. Fleischman, John Hodges, Bradley Pilz, Dennis Rainaldi
Guionistas: China Brothers
Fotografía: Mac Fisken
Música: Blitz/Berlin
Intérpretes: Phoebe Tonkin (Gwen Taylor), Madison Hu (Alice Marsh), Lamorne Norris (Teddy Miles), Christopher Denham (Walton Grey), Patrick Fishchler (Warner), Lauren Bowles (Birdie), Conner Price (Cole), Tom Dang (repartidor), Jess Varley (presentadora de noticias)…

Hay algo en los moteles de carretera que resultan perfectos para el terror: espacios en medio de la nada, sitios donde uno intenta desconectar, descansar u ocultarse, lugares en los que se cruzan desconocidos y donde detrás de cada puerta se esconde todo un mundo… Entre todos los moteles que han visitado películas y series televisivas, el primero que siempre vendrá a la cabeza es el Motel Bates de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcok, 1960), incluyendo sus secuelas y la adaptación televisiva Bates Motel (Bates Motel, 2013–2017). Y por algo de todo esto, los China Brothers, Benjamin y Paul, han escogido para su opera prima una historia ambientada en un decrepito motel de carretera, con ecos a Identidad (Identity, James Mangold, 2003), a la siniestra The Boy (Craig William McNeill, 2015) y a la inquietante e injustamente olvidada Los huéspedes (The Innkeepers, Ti West, 2011).

Night Shift parte de un planteamiento simple: cómo hacer una película de miedo con muy poco dinero (según los propios hermanos, el montante final fue de 500.000 dólares), escasas localizaciones y aún menos personajes, ya que se filmó en medio de la pandemia del Covid-19. Si hubieran rodado la película en su lugar natal, Inglaterra, los China Brosseguro que contarían una historia dentro de una casa y pocos personajes; películas de este tipo llegan por docenas desde el Reino Unido… pero como la producción es estadounidense, amplían un poco más el escenario y añaden una carretera, una piscina mugrosa y varias habitaciones. Es de agradecer que los directores, a la par de guionistas, hallan buscado una historia de terror clásica –noche cerrada, pocos personajes y ambiente creepy– en lugar de irse a cualquier recoveco del terror elevado; al igual que en la película que puso el apellido de los China en el escenario, el guion de la muy competente Sweet Virginia (Jamie M. Dagg, 2017), posan su mirada en los rincones de Estados Unidos, protagonizándolo todos aquellos que ni siquiera aspiran a vivir en una ciudad.

Al contrario que el film de Dagg, que es de cocción lenta y tensión interna, Night Shift arranca con la protagonista llegando al motel donde tendrá lugar la historia y ya desde el minuto cinco no dejan de ocurrir cosas –y aquí referencio de nuevo a The Innkeepers, ya que la protagonista se mueve por el interior del lugar, conoce a los habitantes del motel, investiga la historia pasada, etc…-. Aunque hay pequeñas caídas de ritmo en una historia cuyo giro es consecuente pero también puede resultar previsible, lo cierto es que la atmosfera está conseguida y genera interés por más que tal vez chirríe un simpático –aunque parece de otra película– mini capítulo muy a lo David Lynch sin más recorrido que el de ampliar el metraje hasta los 82 minutos; asimismo, la trama juega con una atemporalidad muy agradecida, ya que, aunque hay teléfono móviles, apenas aparecen en la historia y toda la información es proporcionada de manera oral.

Interpretativamente, el casting de Night Shift se nutre de rostros televisivos encabezado por la australiana Phoebe Tonkin, conocida por interpretar a Hayley Marshall en el culebrón vampírico Los originales (The Originals,2013-2018) y cuyo rostro de estar ligeramente ida le viene bien a su personaje traumado de Gwen; lo mismo se puede decir del actor Christopher Denham, que aunque aparece poco en pantalla resulta más que perturbador. Y si hablamos de rostros rarísimos mencionaremos el cameo de Patrick Fischler, cuya minitrama hemos mencionado antes refiriéndonos a David Lynch –algo que igual fue hecho a propósito, dado que el actor apareció en la tercera temporada de la mítica serie Twin Peaksy en Mullholland Drive (Mullholland Drive, David Lynch, 2001).

Al igual que el guion, la cámara de los hermanos China es correcta, e incluso a veces acierta de pleno al generar tensión gracias a la complicidad de su director de fotografía, Mac Fisken, proveniente del mundo televisivo, pero el trabajo del grupo Blitz//Berlin ayuda poco a crear el tono adecuado, ya que su música está continuamente subrayando el mal rollo aunque no sea necesario, y sus toques de comedia suenan como si hubieran cogido una muestra random de cualquier biblioteca musical libre de derechos. Trabajos como el de esta gente, responsables también de la horrenda música de El vacío (The Void, Jeremy Gillespie, Steven Kostanski, 2016), es un mal que se debería evitar apoyando la historia en el silencio, porque a veces es peor el trabajo de atmosfera musical que la falta de música.

Night Shift da lo que promete: atmosfera malrollera, una historia que sabe crecer aunque su último giro igual resulte predecible, pero, sobre todo, su terror es honesto y solo busca entretener. Pídete una habitación en este motel, quién sabe si podrás dormir… o morir.

Javier S. Donate

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