Space Men

Título original: Space Men

Año: 1960 (Italia)

Director: Antonio Margheriti

Productores: Turi Vasile, Goffredo Lombardo

Guionistas: Vassily Petrov [Ennio de Concini], Jack Wallace

Fotografía: Marcello Masciocchi

Música: J. K. Broady [Lelio Lutazzi], Carlo Savina

Intérpretes: Rik Van Nutter (Ray Peterson, IZ41), Gabriella Farinon (Lucy, Y13), David Montresor (George, el comandante), Archie Savage (Al, X15), Alain Dijon (Archie, Y16), Franco Fantasia, Joe Pollini, David Maran, José Néstor, Anita Todesco, Aldo Pini…

Sinopsis: Año 2116. Un cohete terrestre es lanzado con destino a la galaxia M-12. De pasajero figura un periodista que es transferido a una estación espacial. Sin permiso, sale al espacio a filmar una misión de abastecimiento y salva a un astronauta del paso de un meteorito. El astronauta resultará ser una hermosa mujer.

Antonio Margheriti (1930-2002) fue un realizador italiano muy volcado hacia el cine de género en todas sus vertientes, aunque es especialmente recordado en el terror y el spaghetti-western. En 1958 debuta en la dirección con una comedia de Totò, Gambe d’oro, que co-dirige con su amigo Turi Vasile, y en 1960 dirige en solitario la presente.

Precisamente a lo largo de la década de los 60 Margheriti rueda una serie de space operas que en España son prácticamente desconocidas, salvo acaso I pianeta degli uomini spenti (1961), que circuló en una edición de vídeo pirata con el surrealista título de El planeta de los hombres verdes. La presente (1) es la primera del ciclo (2), y se inspira temáticamente en muchos clásicos literarios del género, mientras que ambientalmente recuerda un tanto a la película La conquista del espacio (The Conquest of Space, 1955), de Byron Haskin. El resultado, en todo caso, es muy similar a las cintas que por la época producía la American International Pictures (precisamente, distribuidora de la presente en Estados Unidos), al estilo de The Angry Red Planet [tv: La furia del planeta rojo, 1960] de Ib Melchior o Journey to the Seventh Planet (1962), de Sidney W. Pink; o también, en los diálogos y personajes, semeja un precedente de los bolsilibros escritos por autores como Clark Carrados, Law Space o Keith Luger.

La película se centra en las aventuras de un periodista que viaja al espacio para documentar las misiones rutinarias de los astronautas. El arranque busca ofrecer un tono realista, especulando sobre un futuro espacial un tanto inspirado en las características técnicas y de rangos de la aviación en el momento de rodaje de la película, si bien se toma ciertas libertades como ofrecer Fobos, uno de los satélites de Marte, con una gran fuerza de atracción y actividad volcánica constante.

En todo caso, el film falla en el aspecto del desarrollo de personajes, pueril y elemental a más no poder, y que los presenta de una inmadurez intelectual que sorprende hayan sido aceptados como altos mandos del ejército. Además, la mediocridad de los actores es apabullante, y en la mayoría de las ocasiones semejan aficionados sin la más mínima formación. El protagonista, Rik Van Nutter, es de origen norteamericano, aunque gran parte de su carrera la desarrolló en Italia, donde debutó; su papel más destacado fue el de Felix Leyter en Operación Trueno (Thunderball, 1985), de Terence Young.

Pese a ello, los efectos especiales son solventes, no teniendo nada que envidiar a los de los films de serie B norteamericanos de la época que se han citado, y muestran las naves espaciales como los cohetes de las primeras misiones espaciales reales, formados por módulos separados y con reactores expulsando fuego… en el vacío cósmico. La iconografía que se ofrece es muy atractiva, y gustará en especial a aquellos que amamos la ci-fi retro. Además, argumentalmente, la cinta transmite muy bien el tono aventurero mezclado con el de colonización espacial, y supone un grato divertimento, de nuevo, para los aficionados a un cierto tipo de sub-género muy denostado, como es la space opera. La misión central que se narra, la del intento de destruir la nave Alpha-2, que va en ruta de colisión contra la Tierra y podría acabar con ella, recuerda un tanto a alguna aventura de Star Trek.

En suma, una película pobre en diversos sentidos (se rodó con un presupuesto de 30.000 dólares y en veinte días), y por variados motivos de producción, pero que pese a sus carencias logra crear cierto sentido de la maravilla y la imaginación, y que consigue que el espectador cómplice sobrelleve esas insuficiencias y disfrute con esta simpática película.

Carlos Díaz Maroto

(1)Space Men representa una especie de desafío. Es de un género que siempre me había gustado, y quise demostrar que incluso en Italia era posible hacer películas de género fantástico, diferentes a todo lo que habíamos producido hasta entonces”. Declaraciones de Margheriti reproducidas en la web http://www.antoniomargheriti.com.

(2) Le seguiría la referida I pianeta degli uomini spenti (1961), conocida por los títulos anglosajones de Battle of the Worlds y Planet of the Lifeless Men. Después llegarían I criminali della galassia (1965) [Gamma I Quadrilogy Vol. 1 The Criminals of the Galaxy / The Galaxy Criminals / Wild, Wild Planet], I diafanoidi vengono da Marte (1966) [Diaphanoids, Bringers of Death / Gamma I Quadrilogy Vol. 2 / The Deadly Diaphonoids / The War of the Planets], conocida en España en vídeo como La guerra de los planetas, Il pianeta errante (1966) [Gamma I Quadrilogy Vol. 3 / Mission Wandering Planet / Planet on the Prowl / War Between the Planets] y La morte viene dal pianeta Aytin / I diavoli dello spazio (1967) [Gamma I Quadrilogy Vol. 4 / Snow Demons / Space Devils / The Blue Devils / The Devil Men from Space / The Snow Devils]. Damos los títulos anglosajones porque a veces los filmes son más localizables por estos.

Película en inglés en youtube:

2 comentarios en “Space Men

  1. En esta entrega de nuestro dossier dedicado a la ciencia-ficción italiana tenemos el gusto de presentaros la opera prima de uno de los realizadores de referencia en el fantástico italiana, Antonio Margheriti, en mi opinión habitualmente muy minusvalorado.

    Muchas gracias por Carlos por su magnífica reseña, como de costumbre.

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