Necrológica de Tisa Farrow

Hace unos días se hizo pública la noticia del fallecimiento a los 72 años de edad de la actriz estadounidense Tisa Farrow, acaecido el pasado 10 de enero mientras dormía. Era la benjamina de una ilustre familia del mundo del espectáculo: su madre era la actriz Maureen O’Sullivan, que pasará a la historia del cine como Jane, la compañera de Tarzán, en la serie de películas protagonizadas por Johnny Weissmuller hoy convertidas en clásicos del cine de aventuras, mientras que su padre era el reputado realizador John Farrow, autor, entre otras, de La nave de los condenados (Botany Bay, 1952), Mil ojos tiene la noche (Night has a Thousand Eyes, 1948) o Donde habita el peligro (Where Danger Lives, 1950). Era, por tanto, hermana de la archipopular Mia Farrow, quien se encargó de hacer pública la noticia del fallecimiento de Tisa a través de sus redes sociales con una sentida nota recordando el carácter extremamente positivo de su hermana, aunque curiosamente silenciando toda alusión a su carrera como actriz. Es quizá un buen momento para dedicar un poco de atención al singular y breve recorrido de Tisa Farrow en el mundo del cine, donde trató de labrarse un nombre como actriz siguiendo la estela de su triunfadora hermana Mia y consiguiendo permanecer en activo durante una década, la de los setenta, antes de cambiar de rumbo y abandonar definitivamente el ambiente artístico al alba de los ochenta.

Mia y Tisa

Resulta interesante analizar el curioso caso de las Farrow y compararlo con otros ejemplos ilustres de actrices y actores que compartieron el foco con sus hermanos/as. La lista es larga y, centrándonos exclusivamente en las mujeres, podemos mencionar a Joan y Constance Bennett, Olivia de Havilland y Joan Fontaine (protagonistas de una encarnizada enemistad a lo largo de toda su vida), Hayley y Juliet Mills, Vanessa y Lynn Redgrave, Natalie y Lana Wood, Catherine Deneuve y Françoise Dorleac y hasta las españolas Penélope y Mónica Cruz. Analizando velozmente todos estos casos, llegamos a la conclusión de que la constante exposición acababa siempre jugando a favor de ambas, manteniendo el nombre de la familia en constante actualidad mientras se iban alternando los momentos de gloria de una u otra bajo los focos. No obstante, este no parece en absoluto haber sido el caso de las Farrow, con Mia constantemente atrayendo toda la atención mediática y Tisa evolucionando en una especie de nebulosa indecisa, permanentemente a la sombra de la popularidad y la personalidad de su hermana mayor. Pero vayamos al principio.

Una jovencísima Tisa en «Homer», el que supuso su debut en la gran pantalla

Nacida el 22 de julio de 1951 en Los Ángeles, Theresa Magdalena Farrow era la menor de siete hermanos y abandonó la escuela muy jovencita para trabajar como camarera en Nueva York mientras intentaba labrarse una carrera en la actuación. Su debut en la pantalla grande tuvo lugar en 1970 con la película Homer dirigida por John Trent, y que podemos encuadrar dentro de la corriente contra-cultural que se desarrolló en el cine norteamericano de los setenta tras el fenómeno Woodstock y al socaire del éxito arrollador de Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969), propiciando toda una serie de cintas que ponían en solfa los valores tradicionales de la sociedad yanqui así como su plasmación en las pantallas. Este debut se produjo casi por casualidad cuando la, por aquel entonces, aspirante a actriz se topó con una entrevista del director que preparaba su película y en la que afirmaba estar buscando a una joven intérprete «con un look como el de Tisa Farrow ». Ni corta ni perezosa, la joven se puso en contacto con la producción, probablemente argumentando «¿Para qué contentarse con una imitación cuando tenéis delante vuestro al original?» Es el punto de partida de una carrera que al inicio resulta prometedora, y en la que va instalando poco a poco una personalidad propia, con una fragilidad similar a la de su hermana, aunque menos histérica y artificial, y con un elemento más profundo, misterioso y melancólico.

«Como liebre acosada»

En 1972 llega su siguiente trabajo, en este caso poniéndose bajo las órdenes del prestigioso realizador francés Réné Clément, en lo que será una de las mejores películas de su último periodo, Como liebre acosada (La course du lièvre à travers les champs), en la que se codea con un vistoso reparto que incluye a Robert Ryan, Jean Louis Trintignant, Lea Massari y Aldo Ray. Tras posar semidesnuda para la revista Playboy, el año siguiente llega la que probablemente sea la perla oculta de toda su filmografía, Some Call It Loving (1973) de James B. Harris, un realizador primerizo conocido por haber sido el productor de Stanley Kubrick y que con esta cinta se aventuraba en el terreno de la dirección cinematográfica con una historia bizarra, alucinógena, al limite del fantástico y con una ligera dosis de perversidad. En ella se narran las peripecias de un músico de jazz que descubre en un parque de atracciones a una auténtica «bella durmiente» que vende besos a los visitantes para descubrir al hombre que la despertará de su letargo. Este peculiar film rayano en el surrealismo que Tisa co-protagoniza junto a Zalman King y Carol White se presenta en el Festival de Cannes de ese año recibiendo buenas críticas, aunque acaba resultando un notable fiasco en la taquilla.

Con Stuart Whitman y John Saxon en «Escándalo en la residencia»

Tras una ignota comedia titulada Only God Knows (Peter Pearson, 1974), llega otro título interesante en su filmografía, Escándalo en la residencia (Una magnum spéciale per Tony Saitta, 1976) dirigida en Canadá por el italiano Alberto de Martino y que supone el primer contacto de la Farrow con la cinematografía transalpina. Es un casting de urgencia, ya que Tiffany Bolling, la actriz prevista en un inicio para el personaje, sufre un accidente y tiene que abandonar el proyecto. Tisa se desvela perfecta, desarrollando de manera harto convincente el papel de una joven invidente y protagonizando alguna de las escenas más logradas de la cinta, rodeada de nuevo de un sólido reparto encabezado por Stuart Whitman, Gayle Hunnicutt, John Saxon y Carole Laure. Se habla en este momento de Tisa Farrow como la probable protagonista de un proyecto titulado «Vicky», un biopic sobre Victoria Woodhull, la primera mujer candidata a la presidencia de los Estados Unidos, pero todo queda en agua de borrajas y el film nunca verá la luz del día.

Formando pareja con Harvey Keitel en «Melodía para un asesino»

Con 1978 llega su primer telefilm, En lo más profundo de la mente (The Initiation of Sarah, Robert Day, 1978), una especie de refrito de Carrie (Carrie, Brian de Palma, 1976) ubicado en en el ambiente de las hermandades femeninas universitarias donde Tisa se codea con otras jóvenes starlettes como Morgan Fairchild, Kay Lenz o Morgan Brittany. Este mismo año es fichada por James Toback como co-protagonista junto a Harvey Keitel para su debut como director en Melodía para un asesinato (Fingers, 1978), hoy una cinta de culto y una de las más solidas de toda su filmografía. Cuenta Toback que conoció a Tisa tomando un taxi en Los Ángeles, actividad que la Farrow efectuaba cuando no trabajaba como actriz, y que inmediatamente le propuso ser protagonista de su película. La respuesta inicial de Tisa le dejó ligeramente desconcertado: «Tu no me quieres a mí para tu película, a la que estás buscando es a mi hermana». El director tuvo que insistir varias veces para convencer a la pequeña de los Farrow que no se equivocaba, y que estaba interesado en ella particularmente. Ya por aquel entonces la alargada sombra de su hermana parecía sobrevolar extraña y obsesivamente sobre la vida y la carrera de Tisa, que solo algunos años antes ya había declarado a la prensa que en sus inicios, mientras buscaba trabajo en anuncios publicitarios, nunca consiguió ningún contrato porque siempre acababa encontrándose con alguien que no soportaba a Mia Farrow. Sea como fuere, el rodaje de Melodía para un asesinato llega finalmente a buen puerto y Toback consigue un resultado notable con un film noir denso, áspero y desesperado, ensalzado por las estupendas interpretaciones tanto de Keitel como de la Farrow, que establecen una muy buena química en pantalla.

Fotocromo alemán de «Search and Destroy»

Vamos poco a poco acercándonos al final de la década y la actividad cinematográfica de Tisa Farrow experimenta un despunte, con nada menos que seis trabajos en 1979. Search and Destroy, de William Fruet, es un film de acción con la guerra de Vietnam como telón de fondo, y en él coincide en el reparto con Perry King y Don Stroud. Sobrevolaremos rápidamente sobre Manhattan (Manhattan) de Woody Allen y el estupendo thriller conspiranoico de William Richter Winter Kills, ya que en ambos las prestaciones de Tisa quedan reducidas a sendos cameos, así como sobre el cortometraje One Who was There (Donald Hughes, 1979) donde interpreta el papel de una joven María Magdalena que su propia madre Maureen O’Sullivan incorpora en su senectud. En el telefilm El caso de Patty Hearst (The Ordeal of Patty Hearst, Paul Wendkos, 1979) tiene un papel más consistente como una de las terroristas que raptan a la heredera norteamericana, aunque la película que va realmente a marcar una inflexión en su carrera va a ser la italiana Nueva York bajo el terror de los zombis (Zombi 2, Lucio Fulci, 1979).

«Nueva York bajo el terror de los zombis»

Lucio Fulci ya se había creado un nombre en el cine de género cuando acomete el rodaje de esta película inspirada por el éxito de los films de zombis George A. Romero y destinada a convertirse en todo un clásico del terror transalpino. El fenomenal resultado en taquilla de la cinta iba de alguna manera a colocar a la Farrow en el punto de mira y a propiciar toda una serie de propuestas dentro del cine de género italiano. Este fenómeno resulta hasta cierto punto paradójico, pues si el film de Fulci adolece de algún punto débil, éste es con toda seguridad la interpretación de sus dos protagonistas. Tanto Tisa Farrow como Ian McCullough incorporan una de las parejas más insulsas y menos estimulantes vistas en el cine de terror, incapaces de provocarnos gran emoción con su odisea gore, siendo fácilmente eclipsados por los zombis y los actores secundarios, los mucho más carismáticos Richard Johnson y Olga Karlatos, quienes realmente dan algo de vida a la historia con su tóxico matrimonio abocado a la tragedia. 

Tisa en «Gomia, terror en el mar Egeo»

Pero como el mundo del cine está lleno de contradicciones, es precisamente gracias a su mediocre prestación para Lucio Fulci que Tisa Farrow consigue reactivar su carrera camino del país de la bota. Y su siguiente trabajo va a ser otro bombazo gore, aún más excesivo y controvertido que el anterior, dirigido por otro nombre muy conocido por los aficionados: Joe D’Amato. En Gomia, terror en el mar Egeo (Antropophagus, 1979), Tisa actúa de protagonista absoluta y esta vez sí que parece haberse despertado, decidida a coger el toro por los cuernos. Su personaje es una mujer decidida, fuerte y resistente, que aguanta magníficamente el tipo frente al coloso caníbal incorporado por George Eastman. Su heroína no se deja llevar por el victimismo ni el griterío habitual, haciendo prueba de inteligencia, serenidad y buen pulso para salir triunfante de la sangrienta carnicería que tiene lugar en la isla griega y de la que resulta ser la única superviviente. Encadena la Farrow el rodaje de la cinta de D’Amato con la que terminará siendo la ultima película de su filmografía, El ultimo cazador (L’ultimo cacciatore, Antonio Margheriti, 1980), un entretenido film de acción ambientado de nuevo en la guerra de Vietnam en el que nuestra actriz interpreta el personaje de una periodista norteamericana, Jane Foster, compartiendo protagonismo con el icónico David Warbeck. 

Tras esta «trilogía» italiana, todavía tiene la Farrow una nueva propuesta, esta vez para protagonizar Wild Beasts, belve feroci [vd/dvd: Wild Beasts (La noche de la fiera), Franco Prosperi, 1983], y aunque consigue llegar a un acuerdo y está a punto de comenzar el rodaje, se desiste al ultimo minuto teniendo que ser reemplazada con toda urgencia por Lorraine de Selle. Parece esta decisión un acto radical por parte de la actriz norteamericana que, casada y madre de familia, vuelve a los Estados Unidos dejando atrás para siempre su carrera en el séptimo arte y reorientando su actividad laboral hacia la enfermería, un trabajo que iba a mantener de manera estable en Vermont durante veintisiete años, alejándose por completo de los focos y echando un tupido velo sobre su pasado como actriz, rechazando de manera constante cualquier tipo de declaración, entrevista o intervención para los medios sobre su trabajo en el cine, a pesar del interés creciente que con los años han manifestado los aficionados por sus películas.

Las únicas noticias que en todo este tiempo fueron llegando sobre Tisa Farrow vinieron relacionadas con su familia y toda una serie de escándalos y tragedias a los que tuvo que hacer frente. En 2008, su hijo Jason Dene, un sargento de primer grado enviado en misión a la guerra de Irak fallece a consecuencia de una sobredosis, aparentemente accidental. Ya su viaje a dicho país había provocado el primer desencuentro de Tisa con su hermana Mia Farrow, feroz militante contra la guerra de Irak. Cuando a los pocos meses su hermano Patrick, aparentemente muy afectado por la muerte de su sobrino, se suicida en su domicilio de un disparo con escopeta, Mia acusará a su hermana de ser la culpable por no haberse opuesto al viaje a Irak de su hijo que acabaría propiciando ambas muertes. Otro escándalo llegaría en 2012 cuando su hermano John sería inculpado y condenado a una pena de veinticinco años de cárcel por pedofilia y abusos a dos niños durante un lapso de varios años desde que estos contaban tan solo con 8 años de edad.

Tisa durante su intervención en «Allen V. Farrow»

La última aparición pública de Tisa Farrow tuvo lugar en 2021 en la docuserie sobre el affaire Allen-Farrow en la que efectúa una breve aparición, siendo curiosamente el único miembro de la familia que presta testimonio sobre tan escabroso asunto. A su muerte le sobreviven su hija Bridget y su nieto Kylor.

Aquí termina este homenaje a la carrera de Tisa Farrow, una actriz que merecía sin duda una carrera más longeva, independizándose de la influencia de su hermana y desarrollando su personalidad propia, que nosotros espectadores al menos pudimos atisbar de manera intermitente en una serie de trabajos que ya han quedado inmortalizados en el celuloide.

Buen viaje, Tisa.

Naldo

2 comentarios en “Necrológica de Tisa Farrow

  1. Hola,

    Siento la noticia. Revisando mi base de datos particular, he comprobado que he visto 6 películas con Tisa Farrow de actriz.
    No son muchas, pero la recuerdo con cariño y afecto. La mayor parte de los filmes en los que participó y yo vi, pertenecen a la década de finales de los ochenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado, una época feliz en mi vida.
    Solía verla en los cines de barrio, donde vivía, más que en salas de estreno.

    Descanse en paz.

    1. Gracias por tu comentario Iñaki. Es en efecto Tisa Farrow uno de esos nombres que asociamos con un periodo muy concreto, entre otras cosas porque su carrera fue breve y claramente delimitada en el tiempo. Qué suerte haber visto sus películas en salas, a mí me pilló muy pequeño

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